Tengo las uñas destruidas de intentar trepar por los años y enfrascar las fuerzas de aquellos instantes, para regalarlos.
Un cielo oprime almas que se cruzan y se miran deseosas de respuestas. Pedralbes sonríe con la fuerza de una oruga y la luna ni se asoma, por pereza y por puta.
Y yo recuerdo mi piel como se estira, como se reduce y se muere, como se esparce y desordena. Recuerdo mi piel y tus uñas, vacilando en cada verso.
Por la ventana veo cuerpos desnudos, paredes de hotel que ocultan ordenadores, parejas y prostitutas, cuerpos que se devoran, cuerpos que se repelen, cuerpos al fin, solo cuerpos.
Recuerdo el pupitre y la voz modelada por tabaco rubio y por años y conversaciones de café con artistas. Recuerdo el olor de cierto instante, césped, mar quizá, mayo, junio, agosto. Recuerdo el sabor y tacto de cierto beso, de aquel beso, de ese entre tantos otros. Recuerdo esa luz, esa luz violada de seis de la tarde, recuerdo la caricia de la temperatura olvidada, recuerdo el recuerdo de cierto objeto, de su sonrisa.
Recuerdo nombres, quizá pasajeros, pero imborrables, recuerdo citas, recuerdo autores de sensaciones, de momentos, palabras.
Casualidades se entrecruzan, bailan, copulan. Cambiar las reglas y cambiar el tiempo, romper un reloj con el tallo de una flor y sacarle la lengua al otoño, por melancólico y goloso. Cambiar el rumbo, tu rumbo. Cambiarme a mí. Cambiarlo todo.
Tengo la lengua recortada por todas las veces que me la mordí tras haber hablado demasiado y los ojos pesan, caen y se rompen, por haber (me) visto hacer demasiadas cosas en poco tiempo.
Y la energía residual y absurda resbala por las paredes. Caminos que no llevan a nada. Personas y personajes. Paisajes y parajes. Lugares y ciudades. Topos, firmas, contratos, (des)amores, cielos, calles...
¿Cómo creer en la vida, habiendo nacido incrédula y con plomo en los bolsillos?
Regálame un poco más de cielo y cúbreme el rostro de colores imposibles.
Recuerdo que fui joven, y solo entonces recuerdo que lo sigo siendo.
6 comentarios:
Molt xulo!!! M'agrada aquest apropament a l'existencialisme, tot i que penso que encara no hi ha arribat, sinó que està a l'esglaó anterior, en el que pren consciència, observa, s'espanta, es regira i aleshores salta... a l'existència! Que, d'altra banda, n0 deixa de ser una putada.
En fi, bàsicament, que m'ha agradat molt. Preparada per començar el curs?
¿Ah pero sigues viva? ¿Sigues escribiendo? Pensaba que el verano sureño te había quitado las ganas de blog...
Me alegro de que hayas vuelto por aquí.
Respecto al texto pues... no sé qué decirte; ya sabes que a mí estas cosas se me escapan un poco. En cambio, para que veas que te quiero llevar por el buen camino cuando te vea te recomendaré un libro buenisisérrimo.
apa, vagi bé companya!
Vigila les uuuunglesss!!!!!
No sé por qué pero hoy es uno de esos días inconexos, absurdos, de lágrimas. Si estuviese físicamente preparado para llorar lo haría, pero por desgracia nací con una extraña enfermedad (tan absurda como el día de hoy) que me lo impide. El llanto se queda en dolorosa mueca, y los espectadores de ese acto tan íntimo -cuando los hay- miran sorprendidos. No sé por qué es un día triste, quizá porque el trabajo es una mierda, el (des)amor también, porque los días son cortos, las noches largas, la vida vacía. Quizá porque los libros y las películas llenan demasiado la cabeza de sueños, de cosas que no existen, de relaciones imaginarias. Quizá porque las líneas que escribo hoy se alargan y alargan sin rumbo fijo ni final; sin demasiada lógica. Quizá porque no entiendo el otoño, quizá porque no entiendo ni vivo el existencialismo, porque se me escapa eso de analizar todo en positivo, quizá porque todo lo entiendo mal. Quizás simplemente sea que hoy no tengo ganas de hacer nada, o tengo ganas de hacer muchas cosas que no puedo. En todo caso, ya vuelve la mueca absurda, como una arcada inexorable en una noche de whisky; y por primera vez, por primera y última vez, desearía tener espectadores sorprendidos a mi lado.
Eres casi tan buena escribiendo como paciente a la hora de publicar material nuevo.
Vamos, que queremos leer más!
PD. Acabo de releer los últimos tres párrafos y, oye, quitamos el 'casi' del inicio.
Me gusta tu estilo literario.
Yo concibo el otoño como una estación mágica, en la que los árboles se tiñen de marrones y ocres, donde el aire fresco vuelve a dar en tu cara. Bueno, también concibo el otoño con un paisaje urbano industrial, con la vuelta al trabajo, con la rutina y con el día a día. Un saludo.
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