Volver

Error en la pantalla. El pulso tiembla y tú me abrazas. La nada me envuelve, solo existimos tú y yo, entre la paradoja de este frío primaveral, entre la nuestra propia paradoja.
Escupo vapor por los labios y recuerdos...me escupo y vuelvo. Volver es el verbo maldito, el de los cobardes que tiritan su corazón con esparadrapo, volver es lo temido, volver es lo irremediable, volver no es el camino.
Y encontrarte más cambiado que nunca, y no reconocerte y conocerte a la vez – la eterna paradoja- tu mundo en mi mano.
Dolor y música en los oídos, y rostros de siempre, y bailes – bailamos mucho mejor que hace meses- no nos hemos curado.
Precipitación. Permanencia. La fuerza del momento. Nos miramos con la urgencia de un contrato eventual, con el ansia de saber que, en un momento, nos perderemos entre las calles y caras de la ciudad, que rincones como éste, nos recuerdan tal como éramos.

El pasado duele, el verbo pasado enluta, los dientes se nos agrietan y hemos buscado carnes como putas en la noche, hemos buscado corazones vacíos, sonrisas, olvidos...y los hemos encontrado...hasta que volvemos, haciéndonos los valientes, teniendo firmas, historias, besos y sonrisas acumuladas para echárnoslas en cara, para obviarnos, para decir que somos más felices que nunca. Para después, sorprendernos rebuscando en una esquina...dándonos golpes con la pared, dándonos cabezazos contra nosotros mismos, con las lágrimas desgarrándonos lo que hemos construido y dejándonos el corazón al descubierto, imberbe, blando.

Volver a tus besos torpes, volver a tu sensatez, a tu racionalidad, a tu frialdad vaporosa. Volver a tus meditaciones, a tus brazos, a tus bailes, a tus ojos, a tu catalán cerrado y lleno de errores, a tu falta de expresión, a tus no-palabras...a tu “t’estas equivocant”
Y yo saber que vuelves a tener razón...no debería estar aquí, no debería seguir haciendo daño...me siento genéticamente irremediable, determinada y estúpida.
Me siento fría como siempre.
Me siento sin sangre.
Me siento Yo.